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Proteger al consumidor contra el consumismo, debe ser política de Estado
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Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
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Proteger al consumidor contra el consumismo, debe ser política de Estado |
Por Flavio Ismael Lowenrosen |
En
la actualidad, es importante señalar que el consumo ha
mutado muchas veces a consumismo, lo que, desde el punto
de vista fáctico no es lo mismo.- El
consumo tiende a satisfacer necesidades básicas, en
cambio, el consumismo, es una conducta que puede ser
compulsiva y que puede apuntar, básicamente, a que el
sujeto sea dependiente de compra bienes o servicios, y se
encuentre sometido, así, a la “esclavitud” de la
compra.- Consideramos
que cuando los individuos pasan del proceso de consumir al
de comprar compulsivamente, pueden perder libertad, en un
doble sentido, a saber: -
El
de optar por adquirir bienes, ya que las compras
compulsivas los sujetos no eligen voluntariamente, sino
que “adquieren conductivamente”, sin valorar si el
producto resulta de su interés o necesidad, o hasta de su
satisfacción.- -
El
de libertad social, personal y económica, ello en orden a
que las compras compulsivas pueden conducir,
irremediablemente a que las personas se sometan
invariablemente a presiones o condiciones laborales que le
resulten adversas[1],
pero a las que para poder seguir consumiendo (y
sustentando ese estatus) deben sujetarse a esas
situaciones que no resultan de lo mas edificantes para
ellas.- En
este contexto, es invariable señalar que las autoridades
públicas deberían llevar a cabo políticas educativas e
informativas que tiendan a transmitir a los sujetos sobre
los riesgos del excesivo consumismo, pues este convierte a
los individuos (a la larga) en dependientes[2].- Esa
dependencia del consumo, es una variable que nacida de una
necesidad individual de distinguirse frente al resto en
base a lo que se tiene y no a lo que se es, conduce a una
dependencia social, ya que el sujeto debe responder a
mandatos sociales (laborales, profesionales, académicos,
quizás) que no comparte pero a los que debe adherir a fin
de mantener su estatus económico.- Se
que lo que voy a decir entonces es una fantasía, un mero
sofisma, una ilusión, pero lo diré igual, pensar que el
Estado deba informar a los usuarios los riesgos del
consumismo es necesario. Necesario para la psiquis y la
independencia de los sujetos. Pero, cabe efectuarse una
pregunta. ¿Les conviene a los Estados personas realmente
independientes, que puedan cuestionar a los gobernantes,
denunciarlos; o por el contrario les resulta mas positivo
para sus intereses que los individuos por temor a no poder
consumir, deban someterse a empleos, decisiones,
manipulaciones que los humillan o que no comparten, pero
que deben admitir a fin de no perder su estatus económico,
su empleo, etc.?.- La
respuesta parece obvia, si con base al consumismo se
mantiene alegre a una sociedad, que adquiere bienes y se
endeuda, que no se compromete en la defensa de sus
derechos, y que no cuestiona a los funcionarios, es
evidente que esa será la opción que elegirán a los
gobernantes. O muchos de ellos.- Pero,
también no debemos olvidar que cuando el frenesí de
consumismo llega a su cenit, y luego por diversas
variables económicas esa situación “estalla” y se
produce una crisis económica, las sociedades se conmueven
y esto impacta en los gobiernos[3].- Por
ello, con una finalidad meramente preventiva creemos que
deben establecerse medidas, promoverse políticas públicas
que tiendan a evitar que las personas sean “consumistas
adictas”, y que como consecuencia de ello se
“sobre-endeuden”.- Es
evidente que un usuario sobre-endeudado, pasa de ser un
administrado alegre desinteresado y optimista durante toda
la etapa de frenesí de consumo; a ser un sujeto quebrado,
y que puede ser contrario a la estabilidad y seguridad del
Estado cuando esta en una situación de asfixia económica,
por no poder pagar sus compromisos; extremo este de deuda
que lo puede llevar a una situación de humillación
frente a terceros (que lo ven descender en la escala
social).- Por
ello, entendemos que para la protección de la libertad de
los usuarios, pero también de la salud psíquica de éstos,
sería siempre positivo que se establezcan políticas que
tiendan a educar sobre el consumo, a enseñar los efectos
y obligaciones de éste, y a divulgar los alcances del
consumismo, sus efectos, y a limitar la sobre-deuda de los
sujetos.-
[1]
Desde
lo físico, emocional o síquico [2]
Tomas
Moulian en su obra “El
consumo me consume” dice que: “La
pasión del consumo y la esclavitud muestran que la ética
individualista se ha impuesto y que esas formas
suntuosas por el consumo se ven como un derecho.”. [3]
Las
crisis que afecta a EEUU y también a distintos países
europeos parece dar cuenta de esto.
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